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Síndrome del impostor: un obstáculo para el crecimiento profesional

Sindorme del impostor

Cuando iniciamos nuestra vida laboral, vamos reforzando conocimientos y construyendo habilidades que nos hacen crecer. Sin embargo, debemos ser muy cautelosos en cómo forjamos nuestra autoestima profesional.

Y es que existe un fenómeno psicológico en el que la persona se llena de pensamientos negativos y no se considera inteligente, capaz o creativa. Esto, a pesar de que las evidencias indican que es hábil, presenta un alto rendimiento y tiene éxito.

A este hecho se le conoce como síndrome del impostor o farsante. Tal como indica su nombre, el síndrome del impostor consiste en sentirse como una persona impostora cuando realmente no se es así. Sin embargo, aunque es algo real, es posible que quien lo padece ni siquiera sea consciente de que le está pasando.

Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México indican que, en algún momento de su vida, más de 70% de la población mundial ha padecido el síndrome del impostor. En tanto, OCC Mundial revela que en México 76% de las personas sufre esta patología. De este porcentaje, en 46% de los casos ocurre esporádicamente y en 30% de manera recurrente.

Una persona con síndrome del impostor cree que sus logros o triunfos son producto de “un golpe de suerte” o de la ayuda de los demás. No atribuye sus logros como producto de su esfuerzo, capacidad, talento o creatividad.

OCC Mundial también analizó por qué las personas se sienten así y encontró datos interesantes: 45% aseguró que es el miedo al fracaso, 28% porque no conoce sus habilidades, 25% por ser perfeccionista y 1% lo atribuye a baja autoestima.

 

Tipos de “impostores”

Si bien el síndrome del impostor es un padecimiento que puede detectarse y corregirse, vale la pena comentar que puede afectar a cualquier persona, sin importar edad, responsabilidades o puesto de trabajo.

Ahora bien, expertos indican que no hay una razón específica por la que se presenta, las causas pueden ser multifactoriales: presión social, falta de confianza o autoestima. Es importante saber que, de acuerdo con Factorial, existen diferentes categorías de este síndrome:

 

La superwoman / El superman

Por lo general, son profesionales que se autopresionan para trabajar muy duro y “estar a la altura”. Es un mecanismo de defensa para cubrir sus inseguridades. Sin embargo, con la sobrecarga de trabajo pueden sufrir de estrés laboral y, como consecuencia, impactos negativos en su salud mental.

 

El individualista (extremo)

“No necesito ayuda de nadie”. Esta persona considera que, si pide ayuda, es una fracasada o está revelando sus debilidades y por lo tanto, no demuestra lo que vale. Puede caer en un nivel de individualismo extremo. Es indispensable hacerle notar que el trabajo en equipo es una gran fuente de aprendizaje.

 

El experto

¿Te pones nervioso cuando alguien a tu alrededor dice que eres un experto o crees que no lo eres? Resulta que, quienes padecen este síndrome y entran en esta categoría sienten que, de alguna manera, “engañaron” a quienes le contrataron. Busca capacitaciones, certificaciones o diplomados porque no se siente competente.

 

El perfeccionista

Como indica el término, está centrado en el perfeccionismo. Un punto característico de estas personas es que suelen fijarse metas muy altas. En cuanto no logran cumplir los objetivos planteados, experimentan grandes dudas sobre sí mismas. Por lo general, sienten que para estar a la altura deben hacer el trabajo ellos mismos o tener un mayor control.

 

El genio natural

Juzga el éxito en función de sus capacidades y no de sus esfuerzos. Cree que si tiene que trabajar duro en algo es porque no cuenta con la capacidad suficiente para llevar a cabo determinado proyecto. Siente que tiene que hacer todo bien a la primera y puede vivir en estrés laboral.

 

Consejos para combatir el síndrome del impostor

Si después de leer estas características, sientes que padeces el síndrome del impostor, te dejamos tres tips que podrían ayudarte.

  • Mejora tus hábitos. Aliméntate de forma saludable, realiza actividad física, desarrolla aficiones.
  • Enlista tus fortalezas. Cuando sientas que estás padeciendo el síndrome, léela.
  • Evita la procrastinación para que no tengas sentimientos como ineptitud o falta de confianza en tu desempeño.

Recuerda que es importante consultar a un experto que te oriente sobre el problema, te ayude a trabajar para revertirlo y así, impulsar tu desarrollo y crecimiento profesional.

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