El riesgo político es aquel que afecta a los intereses económicos de las empresas, esto como consecuencia de los cambios o la falta de estabilidad política de un país.
Con base a lo anterior, podemos decir que cualquier lugar del mundo presenta un mayor o menor riesgo político dependiendo del escenario en el que se encuentre.
El riesgo político tiene repercusiones sobre ámbitos muy variados del comercio y la actividad económica internacional de las empresas. Éstas pueden ir desde el incremento de los costes operativos, la concurrencia de pérdidas comerciales o incluso el cierre de instalaciones.
A continuación te presentamos algunas áreas que desde Solunion hemos visto suceptibles al riesgo político:
Cadena de suministro
La ausencia de estabilidad política puede afectar a la cadena de suministros. Hoy en día, las empresas se nutren de componentes y materias primas provenientes de múltiples países, cuyo transporte puede implicar el cruce de varias fronteras; cualquier evento o decisión política que interfiera en el flujo de la cadena de suministro puede afectar un negocio internacional.
La invasión de Ucrania en 2014 y posterior anexión de Crimea por parte de Rusia afectó a cientos de empresas de manera directa e indirecta.
Reputación corporativa
Aquellos países menos estables también presentan una mayor susceptibilidad a cuestiones como la corrupción o el deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores locales.
Esto supone un considerable riesgo para la reputación y la imagen de marca de aquellas empresas que se vean afectadas por la publicación de estos fenómenos.
Hiperinflación y fluctuaciones en divisas
La volatilidad en el tipo de cambio de la divisa o moneda utilizada en un determinado país también afecta a la cuenta de resultados de una empresa, no obstante, las fluctuaciones pueden deberse a muchos motivos.
En algunos casos, la corrupción política genera una reacción en cadena en los mercados bursátiles haciendo que la moneda local se devalúe frente a la utilizada en el país de la empresa extranjera.
En otras ocasiones, la inflación desmedida y la falta de control por parte de las entidades reguladoras del mercado financiero local imposibilitan hacer un cálculo confiable de los resultados de un determinado ejercicio, tras aplicar el tipo de cambio correspondiente.
Un caso llamativo es Venezuela, cuya economía hiperinflacionaria está mermando la cuenta de resultados de las empresas españolas que operan en el país. A esto se une otro factor como es el de la imposibilidad de repatriar capitales, la cual no es sino otro ejemplo del riesgo que plantean las decisiones políticas en países inestables.
Impagos de los créditos a clientes locales
Las cuentas pendientes por parte de empresas que hayan contratado servicios a suministradores extranjeros también podrían resultar impagadas como consecuencia de cambios políticos, o la deficiente estructura judicial del país.
Los cambios legislativos, la prohibición de emitir transferencias al extranjero o repatriar capitales, así como la falta de imparcialidad por parte de las autoridades judiciales frente a las demandas presentadas por entidades extranjeras pueden llegar a impedir el saldo de los créditos pendientes.
Para saber más sobre cómo puedes blindar tu empresa del riesgo polítioco, no te pierdas la segunda parte de este artículo.
Para dejar esto más claro existen dos tipos de variantes dentro del riesgo pólitico: el microrriesgo y el macrorriesgo.
Diferenciando entre Microrriesgo y Macrorriesgo político
Para valorar de mejor manera las consecuencias de un posible cambio político, conviene diferenciar entre el macrorriesgo y el microrriesgo político.
El primero se refiere a aquellos cambios que afectan a todas las empresas y al conjunto de movimientos comerciales e industriales que operan en un determinado país. Esto puede deberse, por ejemplo, a expropiaciones generalizadas de las empresas extranjeras o a conflictos armados.
El microrriesgo, sin embargo, comprende aquellas decisiones o eventos que perjudican a una empresa o sector industrial específico. La corrupción o la toma de decisiones políticas concretas son algunos ejemplos típicos.
Riesgo político depende de la inversión
Por otro lado, el nivel de actividad e cercanía en el contexto económico regional que tiene una empresa también determina el tipo de riesgo político que se está asumiendo.
Se suele diferenciar estas 3 categorías:
- Riesgo político comercial.
- Riesgo político sobre las licencias internacionales de tecnología y propiedad intelectual.
- Riesgo político por la inversión directa en el extranjero.
La denominación de éstas explica por sí misma los riesgos que enfrentan cada una, siendo el riesgo de intercambio comercial el que suele suponer una afectación económica menos agresiva, y la inversión en territorio extranjero aquella que puede tener mayor impacto sobre el balance de una empresa.
A modo de ejemplo está la ya por muchos conocida expropiación de YPF que el gobierno argentino ejecutó contra la petrolera española Repsol hace algunos años.
Obviamente, la naturaleza de la actividad económica de cada empresa, así como su capacidad de inversión influirán en el tipo de riesgo que ésta esté dispuesta a asumir.
Cómo prevenir y reducir el riesgo político
Antes de iniciar relaciones comerciales en otro país, es imprescindible adoptar una serie de medidas de prevención del riesgo político.
En primer lugar, se debe llevar a cabo un análisis de los riesgos que dicha actividad económica implica, con el fin de determinar el perjuicio que se puede llegar a sufrir en el caso de que las operaciones no lleguen a buen puerto.
La correcta planificación implica conocer a profundidad los detalles del ámbito jurídico y político doméstico, así como la relación del país con el resto de Estados de su entorno.
Los conflictos políticos, étnicos o religiosos, las disputas fronterizas, o la falta de reconocimiento de las principales normas internacionales deberían hacer saltar las alarmas.
Esta información puede obtenerse por medio de las cámaras de comercio internacional, embajadas de aquellos países que proporcionen asesoramiento de sus empresas internacionales, así como las compañías de seguro de crédito como Solunion.
Escasa eficacia de los acuerdos legales
En algunos casos, los países receptores se ofrecen a la firma de contratos que establezcan las condiciones de compensación con la empresa en cuestión, cuando sus operaciones comerciales se vean interrumpidas por consecuencias derivadas del riesgo político.
Desgraciadamente, este tipo de acuerdos resultan poco fiables, dado que uno de los principales riesgos políticos es resultado directo de la falta de seguridad jurídica y la alta probabilidad de incumplimiento por parte de los gobiernos posteriores.
Contratación de seguros de Crédito de riesgo político
Una de las formas más eficaces de minimizar el riesgo político de las actividades comerciales en el extranjero es la contratación de un seguro que lo cubra, y permita conseguir una compensación económica de la afectación generada por la interrupción forzosa de las actividades y el impago de los créditos pendientes.
Los seguros de crédito también incluyen el acceso a servicios de monitorización y análisis del riesgo de los clientes y las operaciones a realizar, lo que los convierte en un excelente mecanismo de prevención.
En un entorno de creciente y necesaria internacionalización de nuestras empresas, es imprescindible adoptar una actitud prudente y protegerse frente a aquellas decisiones y cambios políticos que escapan a nuestro control.
Esperamos que este artículo te ayude a afianzar el crecimimiento de tu negocio en cuanto a actividades en el extranjero.