¿Has escuchado hablar del reskilling y el upskilling? Ambas son estrategias clave para abordar los desafíos planteados por la automatización y la inteligencia artificial en el ámbito laboral.
Sin duda, el panorama profesional actual exige que las personas se capaciten y desarrollen habilidades que les permitan mantenerse competitivas.
De acuerdo con el estudio ‘Jobs lost, jobs gained: workforce transitions in a time o automation’ elaborado por McKinsey Global Institute, entre 75 y 375 millones de trabajadores (del 3% al 14% de la fuerza laboral mundial) deberán cambiar de categoría ocupacional para 2030 debido a los cambios tecnológicos.
Y son precisamente estos conceptos que hoy se han vuelto cada vez más importantes para los individuos y las organizaciones en su búsqueda por adaptarse al futuro del trabajo.
¿Qué es el reskilling?
Pero, veamos el significado de cada uno. Cuando hablamos de reskilling nos referimos al proceso de aprender nuevas habilidades para realizar un trabajo diferente al que se realizaba anteriormente. De esta forma, las personas pueden reinventarse y encontrar nuevas oportunidades profesionales.
Esto puede ser necesario cuando la demanda de ciertas habilidades disminuye debido a cambios tecnológicos o en la industria. Por ejemplo, un trabajador de una fábrica que es reemplazada por robots puede necesitar reskilling para adquirir habilidades en programación o análisis de datos.
¿Qué es el upskilling?
Por otro lado, el upskilling implica adquirir nuevas habilidades o mejorar las habilidades existentes relacionadas con el trabajo actual de una persona, lo que permite mantenerse actualizada y seguir siendo valiosa en su rol actual.
En lugar de cambiar completamente de carrera, el upskilling se enfoca en mejorar las competencias necesarias para mantenerse relevante en un puesto de trabajo específico. Por ejemplo, un profesional de marketing puede buscar desarrollar habilidades en marketing digital y análisis de datos para adaptarse a las nuevas tendencias de la industria.
¿Cómo implementar estas estrategias dentro de una organización?
Para las organizaciones invertir en reskilling y upskilling de sus empleados puede ayudarles a retener talento, mejorar su competitividad en el mercado, fomentar la cultura del aprendizaje, y aumentar la motivación de su personal.
Además, según el reporte “Workplace Learning” de LinkedIn, el 84% de los managers consideran que los programas de upskilling y reskilling ayudan a disminuir las brechas de habilidades en sus equipos, por lo que se sienten más preparados para los cambios del futuro cuando su gente está en constante formación.
Las empresas que adoptan el aprendizaje permanente de sus empleados como eje estratégico de competitividad, sin duda apuestan por lo que se conoce como Lifelong Learning o formación continua, que implica asumir que el éxito de la empresa depende de las competencias de su fuerza laboral, así como de su capacidad para adaptarse a entornos cambiantes.
Por tanto, las acciones de reskilling y upskilling se tornan estratégicas tanto para la propia empresa como para los profesionales. Por un lado, el tejido empresarial necesita contar con empleados cuyas competencias se ajusten a sus necesidades y, por otro, el aprendizaje permanente es un valor estratégico para los propios colaboradores, que se mantienen actualizados, incrementando su empleabilidad y reduciendo su vulnerabilidad frente a episodios de desempleo.
Un reciente estudio de Dell Technologies, advierte que ¡el 85% de los empleos que habrá en 2030 no existen todavía! ¿Qué pueden hacer las compañías para no quedarse atrás? Apostar por la formación de sus empleados e implementar el reskilling y upskilling en sus estrategias.
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