El año pasado la COVID-19 tomó por sorpresa no sólo al país, sino al mundo, y las secuelas del impacto económico por la parálisis de diversos sectores y el confinamiento aún se siguen resintiendo en este 2021. Sin embargo, aunque el panorama aún se proyecta complicado, la iniciativa privada comienza a generar nuevas alternativas y retos para que la economía nacional logre reactivarse de forma positiva.
El Estudio sobre Demografía de los Negocios 2020 estima que, de los 4.9 millones de establecimientos micro, pequeños y medianos que existían en México al inicio de la pandemia, sobrevivieron 3.9 millones (79.19%), poco más de un millón (20.81%) cerraron sus puertas definitivamente y nacieron 619 mil 443 establecimientos.
En tanto que el análisis Crónicas de un Futuro Incierto realizado por la firma Consultores Internacionales, señala que el crecimiento económico volverá a números positivos, aunque tardará de tres a cinco años más en recuperar el nivel del PIB observado previo a la pandemia. En el proceso, los gobiernos, las organizaciones y hogares deberán reinventarse, aceptar los cambios y generarlos. Quienes tengan la capacidad de hacerlo, tendrán mayores posibilidades de éxito.
Con base en el escenario anterior, en Solunion México creemos que es importante destacar los principales retos que enfrentarán las Pymes en este año:
Economía
No toma por sorpresa que la mayor preocupación de las empresas esté relacionada con los efectos económicos que la situación sanitaria trajo consigo. El cierre de más de un millón de Pymes se debe en gran medida a los problemas de liquidez, aumento de costos de materias primas y factores políticos, ya que en conjunto todo esto termina por imposibilitar a estos negocios para enfrentar una crisis.
A inicios de la pandemia, muchas de las Pymes encontraron un alivio con algunas facilidades que dio el sector financiero, sin embargo, estas duraron poco en comparación de la contingencia sanitaria; a esto hay que sumarle el hecho de que el acceso a la financiación continúa siendo uno de los retos permanente para cualquier empresa. Es imprescindible contar con un plan financiero detallado y realista que convenza a las entidades de crédito y aporte las garantías necesarias.
Transformación digital
La transformación digital supone otra asignatura pendiente para muchas Pymes. Ámbitos como la ciberseguridad, las tecnologías relacionadas con la nube y la Inteligencia Artificial, así como las soluciones especializadas en gestión de todo tipo de procesos, hoy son extremadamente necesarias, pero requieren de adaptaciones del negocio.
Lo cierto, es que las infraestructuras de las Pymes tienden a ser más livianas que las de las grandes empresas, por lo que el proceso de transformación entraña menos riesgos.
Sin embargo, existe una brecha de inversión entre las grandes y las pequeñas empresas que pueden dificultar esta adopción.
Buen servicio al cliente
Un estudio realizado por Deloitte destacó las preocupaciones y retos que las empresas mexicanas tienen frente a la crisis sanitaria. En el primer lugar, con un 90% de preocupación, destaca la relación con clientes que está relacionada con el retraso de pagos, la revocación de créditos, la suspensión de actividades, la cancelación de pedidos y la disminución de ventas.
El mayor de los retos estará en generar estrategias de negocio que permitan a las Pymes ser más flexibles, tolerantes y complacientes con los clientes, sin poner en riesgo la liquidez de su negocio.
Consolidación de crecimiento y creación de empleo
Las pequeñas y medianas empresas son creadoras de empleo y riqueza. No obstante, la inestabilidad política y económica –con el cierre de algunos comercios, una nueva ley que regula el trabajo a distancia y con la eliminación de conceptos como el outsourcing prevista para este 2021- podría poner en entredicho la consolidación del crecimiento.
Debilidad de las cadenas de suministro y gestión de stock
El nivel de especialización que se está alcanzando en el proceso de producción está provocando que las cadenas de suministro sean cada vez más complejas. Por regla general, las grandes empresas son capaces de gestionar sus riesgos en la cadena de suministro o integrarse verticalmente. Sin embargo, las Pymes necesitan desarrollar una mayor flexibilidad para hacer frente a las fallas de los suministradores, esto aunado a la saturación de algunos proveedores en temas de logística y operación.
El Banco Mundial espera que el 57% de las empresas mexicanas se recupere en 2022 o incluso después, y sólo el 33% de las Pymes lo haga en 2021. Sin embargo, Consultores Internacionales destaca que, para obtener resultados positivos, se requerirá tiempo, talento, innovación, experiencia y acompañamiento. El impulso debe venir desde el interior de las organizaciones, la proactividad será una de las virtudes más importantes en el proceso de recuperación.