Dentro del sector retail mexicano existen puntos coyunturales para el comercio, uno de los más importantes son las ventas de cierre de año. Desde el Buen Fin y hasta las fiestas decembrinas las personas entran en un periodo de compras constantes en las que diferentes marcas registran importantes picos de venta.
Los retailers mexicanos pueden observar un aumento considerable en cuanto a la derrama de las ventas de fin de año. El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, con información de la Asociación de Bancos de México, la ANTAD y Fonacot, estimaron que las ventas por el Buen Fin en 2020 alcanzarían los 118,000 millones de pesos; sin embargo, estas ascendieron en realidad a 238,900 millones de pesos.
Perspectiva
Adicional a lo anterior, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) anticipó que para este 2021 las ventas de este evento superarán las ediciones anteriores.
Sin embargo, la industria retail mexicana tiene un reto fuerte que superar para continuar creciendo. Es cierto que hay un panorama más relajado en cuestión del confinamiento por pandemia y se registra un número “controlado” de contagios a nivel nacional. Pareciera entonces que el escenario para los comerciantes fuese más positivo, pero lo cierto es que las afectaciones por crisis sanitaria que causó la COVID-19, aún siguen causando estragos.
Problemas de inventario: un desafío para el sector retail mexicano
Lo anterior se debe a posibles problemas de inventario que pueden tener las marcas, supermercados y tiendas departamentales debido a las demoras en las cadenas de suministro, así como a la alta demanda y escasez de contenedores para fletes marítimos derivado de la pandemia.
En el estudio “Comercio Mundial 2021: ¡envíame si puedes!”, se estima que la carrera mundial por los insumos está apoyando los volúmenes de comercio y empujando los precios al alza.
La carrera lleva a que muchas empresas adopten el modelo de gestión de inventarios «just-in-case”, lo que puede conducir a una forma de micro especulación en la que las compañías se apresuran a adquirir insumos para protegerse de nuevas subidas de precios.
Lo cierto es que esta estrategia añade más presión al actual desequilibrio mundial entre la oferta y la demanda.
Retos en el transporte
Por otro lado, las limitaciones del transporte marítimo explican otro 35% del aumento del valor del flujo comercial este año. Los buques se utilizan actualmente casi a plena capacidad y los contenedores disponibles siguen siendo escasos. Después de aumentar continuamente en la segunda mitad de 2020, hay indicios de que los retrasos en el transporte marítimo se están estabilizando.
Sin embargo, el rendimiento general sigue siendo el peor en diez años de registros (la proporción de buques que no llegan a tiempo se ha mantenido en torno al 60-65% desde el comienzo del año, frente al 25% en julio del 2020 y el 20% de media en el 2019). Por lo tanto, es probable que los importadores estén dispuestos a pagar más para que sus pedidos sean transportados.
Enfrentar esta situación plantea un panorama complejo para todos los retailers a nivel nacional e internacional. En este sentido será necesario evaluar el verdadero resultado de las marcas al cierre de las ventas de fin de año, pues si bien el consumo tiene un comportamiento al alza, el status de la industria de transporte brinda incertidumbre a las marcas.