Hoy, más que nunca, se pasa más tiempo en la oficina que en cualquier otro lugar, convirtiéndola en nuestra segunda casa. Por eso, un buen ambiente laboral y una comunicación interna efectiva no solo son necesarios para cumplir con las tareas, sino que resultan fundamentales para generar un espacio de trabajo donde las personas se sientan felices, alineadas con los objetivos y la cultura de la empresa.
Sin embargo, ¿qué sucede si esta comunicación interna falla o, peor aún, si no existe? Las consecuencias serán pérdidas significativas de capital humano, falta de identidad de los mismos integrantes, estancamiento en el crecimiento de la empresa y dificultades para alcanzar los objetivos que conducen al éxito.
De acuerdo con un estudio realizado por OCCMundial, cuatro de cada diez trabajadores mexicanos consideran dejar su empleo en los próximos seis meses; las principales razones son la falta de valores y un mal ambiente laboral, la carencia de reconocimiento y la monotonía.
Cuando pensamos en comunicación interna, no se trata solo de enviar correos o convocar reuniones por Zoom o Teams; hablamos de crear una conexión real entre la gente, los objetivos y la cultura de la empresa. Cuando se hace bien, todos saben hacia dónde va la organización y cómo cada uno de sus esfuerzos contribuye al éxito colectivo.
Más allá de las palabras, la comunicación que genera confianza, refuerza los lazos y hace que los trabajadores sientan que son parte de algo más grande.
3 problemas que surgen de una mala comunicación interna
Uno de los problemas más comunes de una comunicación deficiente es el popular “radiopasillo”. ¿Alguna vez has oído algo en el trabajo que te hizo pensar, “esto no puede ser verdad”?
Sin información clara, los empleados comienzan a especular ante la falta de información oficial. Esto genera incertidumbre y desconfianza.
Para evitarlo, las empresas deben abrir canales efectivos de comunicación, como reuniones periódicas, más charlas y más formas directas de comunicación donde todo el mundo sepa qué pasa realmente.
Los líderes deben ser más cercanos y dispuestos a escuchar, porque una conversación oportuna puede ser la diferencia entre resolver un problema o dejar que crezca.
Falta de reconocimiento
Por otro lado, un aspecto esencial en la comunicación interna es el reconocimiento y si no lo hay también es un problema.No se trata de grandes ceremonias ni de premios extravagantes, sino de los pequeños, pero significativos gestos que transmiten un poderoso mensaje a los empleados: “Te veo, aprecio lo que haces, tu trabajo importa”.
Sin este reconocimiento, el esfuerzo puede volverse invisible, lo que genera una sensación de desmotivación que impacta tanto al individuo como al equipo, de hecho, un estudio de Timesjob revela que el 59% de los empleados siente que sus logros en el trabajo pasan desapercibidos y no reciben el aprecio que merecen.
Para evitar favoritismos o sesgos por parte de líderes que tienden a beneficiar solo a sus allegados, es fundamental implementar un sistema de evaluación del desempeño transparente, que se base en datos claros y objetivos, esto puede ser una gran herramienta para identificar quién está haciendo las cosas bien y cómo se puede premiar ese esfuerzo.
A veces, un agradecimiento público, un correo personalizado o incluso un “gracias” genuino durante una reunión pueden tener un impacto significativo en la motivación y el sentido de pertenencia del equipo.
Rotación de personal
Cuando el trabajo se percibe como un espacio donde no encajas ni te valoran, es natural explorar otras oportunidades. Esta situación surge, en gran parte, de fallos en la comunicación interna, cuyo efecto más común es una alta rotación de personal. Esto es particularmente crítico para las nuevas generaciones, como millennials y centennials, que no solo aspiran a un buen salario, sino también a un entorno laboral donde se sientan escuchados y valorados.
En este punto, es importante recordar que retener talento no se trata únicamente de ofrecer incentivos económicos. Crear un ambiente de trabajo positivo, donde cada colaborador se sienta parte integral del equipo, es igual de importante. Esto implica una comunicación constante, sincera y bidireccional, donde los empleados no solo reciban información, sino también tengan voz.
Invertir en planes y acciones de comunicación interna efectiva no solo optimiza el rendimiento de la empresa, sino que también enriquece y convierte el lugar de trabajo en un espacio para el crecimiento personal y profesional.