La pandemia por COVID-19 ha traído efectos negativos, pero también grandes lecciones en las empresas. Dicen que lo que no mata, te fortalece, y los líderes han tenido que enfrentar un panorama complejo y aprender a ser resilientes para poder avanzar en medio de tanta incertidumbre.
El impacto de un líder va más allá de él y de sus equipos, y afecta a toda la organización.
En estos momentos de crisis que se han vivido, el papel de los líderes ha sido clave para generar bienestar, a través de la empatía y la capacidad para motivar a las personas.
El papel de los líderes
Desde el 2020, cuando inició la pandemia por coronavirus, quienes estaban al frente de las empresas tuvieron que tomar acciones y decisiones que no podían aplazar, ya sea sobre el teletrabajo, la aceleración en procesos de innovación y/o las nuevas necesidades derivadas del cambio en el comportamiento del consumidor, todo en un mismo momento. Renovarse o morir.
Y así, los líderes sostienen a sus equipos y a las empresas, y para hacerlo deben sostenerse a ellos mismos. Una labor compleja que requiere de confianza, valentía, estrategia, perseverancia y resiliencia.
Cualidades de los líderes resilientes
Deloitte ha definido cinco cualidades fundamentales de liderazgo resiliente con las que debe contar un buen directivo:
1.-La misión: los líderes deben de ser capaces de estabilizar sus empresas durante la crisis y, en estas circunstancias extraordinarias, buscar nuevas oportunidades.
2.-Corazón y cabeza: un líder resiliente debe ser empático y capaz de ponerse en la piel de sus empleados y clientes, pero, al mismo tiempo, debe ser firme y racional para proteger el rendimiento económico de la compañía.
3.-Rapidez: los líderes resilientes deben tomar medidas decisivas en el corto plazo.
4.-Liderar la narración: es fundamental tomar la iniciativa siendo transparentes sobre la realidad actual y, a la vez, dibujar un escenario futuro convincente que inspire y motive a los trabajadores.
5.-Visión a largo plazo: los líderes deben mantener la visión de futuro, anticipando los nuevos modelos de negocio que, probablemente, surjan y buscar la innovación que definirá a la empresa del mañana.
Es importante que los líderes resilientes tengan muy en cuenta el lado humano en tiempos de crisis. La prioridad debe ser el bienestar de los colaboradores, asegurando su salud, seguridad, y su economía.
Cabe resaltar que cuando las empresas se centran en un propósito auténtico los empleados sienten que su trabajo tiene sentido, los clientes incrementan su fidelidad a las marcas y potencian su transformación.
Con el enfoque adecuado, las crisis pueden convertirse en una oportunidad para avanzar, crear valor añadido y generar un impacto social positivo.
Pero esto no podría lograrse sin el apoyo de líderes resilientes, quienes son capaces de enfrentar los periodos de incertidumbre y cambiar positivamente la mentalidad de la organización, y encaminarla hacia la pronta recuperación.
