Skip to content

La precrastinación, tan peligrosa como la procrastinación

precrastinación

El término procrastinar tomó auge en los últimos años. Este concepto hace referencia al hecho de dejar las tareas importantes para el final, ya sea porque nos producen ansiedad o sensación de flojera.

La procrastinación está catalogada como un mal hábito que nos incita a dejar para después alguna actividad que sí o sí debemos cumplir, lo que aumenta nuestro nivel de estrés e impacta directamente en nuestro bienestar y nuestra productividad.

Y es que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en México, el 75% de los colaboradores presenta estrés elevado todos los días, lo que nos coloca como el país con mayor estrés laboral, por encima de otros como China, con 73%, y Estados Unidos, que reporta 59%.

 

¿Qué es la precrastinación y qué tan efectiva es?

Podríamos considerar entonces que, para evitar este estrés, lo más viable es hacer las cosas lo antes posible. Pero no es tan sencillo, si bien es cierto que en algunos casos resulta favorable, también puede traernos efectos negativos, como cualquier extremo.

La precrastinación se da cuando nos esforzamos de más y cumplimos con las tareas antes del tiempo que es realmente necesario. A continuación, te mencionamos algunos ejemplos de la vida cotidiana que pueden resultarte familiares.

Ejemplos de precrastinación

Imagina a una persona que un lunes abre su correo electrónico y de inmediato contesta todos los e-mails, incluso los menos importantes bajo excusas como “me da ansiedad ver la bandeja con correos sin leer” o “es que así ya no tengo que estar revisando mi mail”.

Otro ejemplo se produce cuando ya tenemos nuestra lista de pendientes del día siguiente y al levantarnos nos dedicamos a las más simples. ¡Claro! Se siente muy bien el ver cómo tachamos pendientes y tenemos la sensación de ser productivos. Sin embargo, estamos dedicando tiempo y energía a actividades poco importantes.

La razón de precrastinar es una: tener las cosas hechas antes de tiempo. Lo peor es que quienes precrastinan no dimensionan si ello implica más trabajo, perder más tiempo o que se produzca un costo extra que, de haber esperado un poco, no habría surgido.

 

¿Por qué precrastinamos?

 

  • Falsa sensación de satisfacción

Resulta más adictivo hacer cosas sencillas y rápidas que no complicadas y lentas porque las primeras nos generan un placer casi inmediato.

Está comprobado científicamente que obtenemos un placer más intenso cuando completamos tareas pequeñas y fáciles de lograr, con plazos fijos, que las más importantes, pero de mayor dificultad y duración poco clara.

  • Aprender a gestionar el tiempo y energía

Hemos considerado el trabajo y la productividad en relación con la “gestión adecuada del tiempo”, sin embargo, especialistas afirman que la estrategia más inteligente suele ser, saber gestionar mejor la energía, no el tiempo.

En este sentido, es importante analizar si eres una persona con más energía por la mañana o por la tarde y, según ello, definir en qué momento realizas tus tareas más complejas.

  • Trabajar en las emociones

Al igual que la procrastinación, la precrastinación está relacionada con las emociones. Estamos inmersos en una sociedad que valora y reconoce la productividad, por lo que una persona que precrastina tiende a buscar ese reconocimiento en los equipos de trabajo. 

Picture of Solunion
Solunion

Somos impulso. Somos expertos en seguros de Crédito y de Caución, servicio de Recobro, y otros asociados a la gestión del riesgo comercial.

Actualidad  Solunion
×