México destaca a nivel mundial como uno de los principales productores de metales, especialmente en la producción de plata, cobre, zinc y oro. La riqueza geológica del país le permite extraer una amplia variedad de minerales, con 53 tipos en total. De estos, 11 son metálicos y 42 no metálicos, según el Centro de Estudios para las Finanzas Públicas (CEFP).
En 2023, el sector metalúrgico en México enfrentó una serie de desafíos que impactaron su desempeño. Estos retos incluyen fluctuaciones en los precios internacionales de los metales, cambios en la demanda global y problemas operacionales internos.
Es importante destacar que el país continúa sobresaliendo en la producción de metales preciosos. En 2023, el país produjo cerca de 70.1 toneladas métricas de oro y superó las 3,500 toneladas métricas en plata, consolidándose como uno de los principales productores de ambos metales a nivel mundial.
Para 2023, la estructura del valor de la producción del sector minero, en términos nominales, fue encabezada por el oro, que representó el 33.6% del total; seguido del cobre, con el 27.7%, y la plata, con el 19.4%. Estos tres materiales aportaron el 80.7% del valor de la producción total de la minería no petrolera, según el CEFP.
La Cámara Minera de México (Camimex) detalló que el valor de la producción minero-metalúrgica nacional sumó un total de 261,060 millones de pesos. Esta cantidad representó un decremento de 17.6% con respecto a los 316,956 millones de pesos registrados en 2022.
Cabe destacar que la industria metalúrgica global ha estado sujeta a fluctuaciones en los precios de los metales y cambios en la demanda. Estos factores pueden afectar la rentabilidad de las operaciones mineras y requerir ajustes en las estrategias de producción y comercialización. México, al mantenerse como un importante productor de metales preciosos, ha demostrado su habilidad para adaptarse a estas condiciones cambiantes.
Desafíos brillantes: navegando los retos
Al igual que todas las industrias, el sector metalúrgico atraviesa por diferentes retos y vicisitudes.
Estos baches en el camino han dejado como consecuencia la disminución de su participación en el PIB nacional. Pasó de 2.89% en 2022, a 2.75% en 2023, y del 9.09% al 8.63% en el PIB industrial.
Los retos operacionales, incluyendo aspectos como la eficiencia en la extracción y procesamiento, la gestión ambiental y las relaciones con las comunidades locales, son factores que han impactado al sector.
De acuerdo con la consultora Deloitte, la industria de los metales se enfrenta a desafíos como incorporar nuevas estrategias en sus modelos de negocio, las tecnologías emergentes, generar propósitos diferentes y planes de sostenibilidad más fuertes, con el fin de prosperar.
Destacó que las organizaciones de este sector llevan a cabo diversos movimientos para asegurar sus cadenas de suministro ante la inminente escasez de la distribución de metales y, al mismo tiempo, se encuentran presionadas por descubrir un nuevo valor en estos activos para mejorar su eficiencia y operaciones existentes.
No se puede dejar de lado que existe una presión mayor para que las organizaciones de minería y metalurgia pongan en línea nuevos suministros y que en un mundo digital y que cada vez es más virtual y tecnológico, y en esta industria aún se ve que las organizaciones dudan en volverse pioneras en la adopción de Inteligencia Artificial (IA) generativa.
La capacidad de México para seguir produciendo niveles significativos de oro y plata en medio de estos desafíos refleja la fortaleza de sus prácticas mineras y su enfoque en la mejora continua.
Metales del mañana: explorando el futuro del sector metalúrgico
En el primer trimestre de 2024 se registró un producto interno bruto de 823,130 millones de pesos mexicanos, evidenciando una caída de 4.81% con respecto al trimestre anterior.
Según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) 2024, la minería registró 3,279 unidades económicas. Las entidades federativas con mayor número de unidades fueron Puebla (556), Guerrero (281) y Sonora (197).
En el corto plazo, se espera que la industria de metales en México continúe ajustándose a las condiciones económicas cambiantes y a los desafíos operacionales.
La recuperación de las operaciones afectadas por las fluctuaciones en los precios de los metales será una prioridad. Las empresas se centrarán en optimizar la eficiencia operativa, mejorar la sostenibilidad y reducir costos.
La demanda global de metales preciosos, especialmente oro y plata, podría seguir siendo robusta debido a su uso en tecnología, joyería e inversión. México, como uno de los principales productores de estos metales, podría beneficiarse de este crecimiento continuo. Las inversiones en exploración y extracción se incrementarán para satisfacer la demanda global.
Lo que será definitivo es la adaptabilidad que tendrán los empresarios del sector pues las nuevas regulaciones ambientales y de sostenibilidad, tanto a nivel nacional como internacional pueden ser el talón de Aquiles de muchos, pues se espera que las políticas más estrictas sobre emisiones y prácticas mineras sostenibles impulsen a las empresas a adoptar tecnologías más limpias y eficientes.
