Uno de los sectores más representativos de México es el energético. Es una industria que se ha transformado de manera constante, al grado de verse sometida a una auténtica reforma que cerró en el 2014.
Diez años después, el escenario vuelve a transformarse. En este sentido, vale la pena rescatar el análisis “Retos y oportunidades para el sector energético en México durante 2023”, de Ernest & Young. La consultora destaca que la descarbonización, la digitalización, las presiones de los costos y la incertidumbre geopolítica son solo algunos de los factores que transforman el mercado. Ello plantea retos y oportunidades para las empresas de la industria de la energía y los recursos.
En tanto, entre enero y noviembre de 2021, la única tecnología de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que registró una caída en el costo (de hasta 8.8%) fue la eólica. Por su parte, la carboeléctrica y la termoeléctrica reportaron un aumento del 51% y 42%, respectivamente.
Además, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) informó que los Productores Independientes de Energía (PIE) redujeron 28% el costo de la energía eólica y aumentaron 24% el precio del ciclo combinado. Mientras que las Subastas de Largo Plazo (SLP) presentaron una disminución del 10% en los costos de la energía eólica.
Sube costo de tarifa doméstica básica
Aunque hay tarifas de consumo de energía doméstica que han bajado, los hogares que tienen un consumo básico de energía verán un incremento en su recibo de luz.
Entre julio de 2022 y el mismo mes de 2023, el costo de la tarifa de alto consumo (DAC) disminuyó -24.2%. Pasó de 7.43 pesos por kilovatio-hora (MXN/KWh) a 5.63 MXN/KWh. Por su parte, la tarifa 1 (consumo básico) de servicio doméstico en la región central, creció 7.6% durante el periodo mencionado: pasó de 0.91 a 0.98 MXN/KWh.
Por otro lado, el IMCO destaca que el incremento del cargo variable (base) para la tarifa de gran demanda en media tensión horaria (GDMTH) en la región “Valle de México Norte” entre julio de 2022 y el mismo mes de 2023 fue de 10.2%. Es decir, pasó de 1.05 pesos por kilovatio-hora (MXN/KWh) a 1.15 MXN/KWh.
Energía eólica con futuro incierto
Este 2023, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) reportó que, en México, la generación de energía eólica y solar fotovoltaica se redujo después de cuatro años consecutivos de incrementos.
En 2022, la energía generada a partir del viento y la radiación solar fue 3.6 % y 4.6 % menor a la observada el año anterior, respectivamente. Además, en el primer trimestre de 2023, la energía eólica y solar, en su conjunto, se redujo 1.4 % en comparación con el mismo periodo de 2021.
La menor generación de electricidad a partir de estas dos tecnologías explica, en parte, que la electricidad que se genera en México fuera menos verde en 2022 de lo que fue en 2021. Es decir, la energía que proviene de fuentes limpias se redujo de 27.5 % en 2021 a 26.1 % en 2022. Así, México está un punto porcentual más lejos de llegar a su meta establecida en el Acuerdo de París y la Ley de Transición Energética, que es de 35%.
Además, el IMCO destaca que este comportamiento responde a cambios estructurales y añadió que esta dinámica se atribuye a la cancelación, en 2019, de las subastas de largo plazo. Mediante estas, actores públicos y privados adquirieron la obligación de construir centrales eólicas y fotovoltaicas con una capacidad total de 6,770 megavatios. Sin embargo, el ritmo de entrada en operación se ha agotado. Al 30 de junio de 2022 ya se encontraba en funcionamiento o estaba en pruebas operativas el 91 % de la capacidad comprometida en las subastas.
Energías renovables deben ser una prioridad
Expertos y analistas declaran que, en el contexto actual, la promesa de generar el 35% de la demanda energética a través de fuentes limpias para el 2024 se va diluyendo cada vez más.
El ranqueo Energy Transition Index (ETI), del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), destacó que México cayó al puesto 68 (después de estar en el 46 en el 2021). Ello debido a que tiene un cumplimiento de 54.1% de las metas establecidas por el organismo, que desarrolló un indicador global de participación de las naciones en el combate al cambio climático y logros en la descarbonización y cuidado del planeta mediante acciones en el sector energético.
Aunque el futuro se ve incierto para el sector energético, nada está dicho. Es necesario ver cómo se comportan organismos públicos y privados en pro de las metas sobre energías limpias que tiene el país.
Lo que es definitivo, es que existe una necesidad de transformar el negocio y mejorar la imagen del sector. En este sentido el IMCO destacó que las empresas deben diseñar un programa integral que incluya elementos estratégicos, además de la definición de iniciativas de transformación y cómo será su operación.