Actualmente vivimos una escasez de agua sin precedentes. Si bien 70% del planeta está compuesto de este recurso natural, solo 2.5% es agua dulce. Y, de esta cantidad, únicamente 0.007% está disponible para consumo humano.
¿Por qué no podemos disponer de toda el agua del planeta? Ello ocurre porque el 69% del agua está congelada en los polos, el 30% es líquido subterráneo en los acuíferos y 0.3% está en los ríos y arroyos. En este sentido, la ONU afirma que 97% del agua dulce líquida se encuentra bajo nuestros pies, almacenada en los acuíferos.
Así, el ser humano se ha valido de las aguas subterráneas para cubrir sus necesidades. Principalmente, dada la actividad del siglo XX, este vital líquido se convirtió en un elemento natural esencial para el bienestar de las personas y para el desarrollo económico, sobre todo en los sectores agrícola e industrial.
¿Por qué “Agua para la Paz”?
La ONU establece que el agua puede crear paz o desencadenar conflictos. ¿Cómo es posible? Cuando el agua escasea, está contaminada, o cuando la gente tiene dificultades para acceder a ella, las tensiones pueden aumentar.
El organismo internacional afirma que, si cooperamos en materia de agua, se pueden equilibrar las necesidades relativas a este elemento y, con ello, ayudaremos a estabilizar el mundo.
La prosperidad y la paz dependen del agua, dice la ONU. A medida que los países contribuyen a frenan el cambio climático, y gestionan las migraciones masivas y la inestabilidad política, deben situar la cooperación en materia de agua en el centro de sus planes.
El agua puede sacarnos de una crisis. Podemos fomentar la armonía entre comunidades y países uniéndonos en torno al aprovechamiento justo y sostenible del agua, desde los convenios y convenciones de las Naciones Unidas, refiriéndonos a nivel internacional, hasta las acciones a nivel local e individual.
¿Qué podemos hacer desde las empresas?
De acuerdo con el estudio “La Sostenibilidad en la Agenda del Liderazgo de México y Latinoamérica”, elaborado por SAP, en nuestro país 55% de las empresas considera la sostenibilidad como una parte integral de su estrategia de negocio. Ello demuestra que este tema ya es una prioridad en el entorno empresarial.
En este sentido, el estudio muestra un incremento importante en la adopción de buenas prácticas que contribuyen al cumplimiento de este objetivo. Y es que, el 24% de las empresas expone que ya están en proceso de implementar sus propias estrategias de ESG (Environmental, Social y Governance), referidas a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
Desde Solunion, por ejemplo, tomamos diversas acciones para contribuir con el uso eficiente y la gestión sostenible del agua: optimizamos el uso de este recurso en nuestras oficinas; trabajamos en políticas de prevención, reducción, reutilización, reciclaje y valoración de residuos; e implementamos prácticas sostenibles que se reflejan en nuestro informe de sostenibilidad.
Además de ello, participamos en talleres y cursos sobre gestión y consumo responsable del agua e integramos los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, para asegurar que nuestras operaciones no impactan sobre el derecho humano al agua y saneamiento.
Las empresas, independientemente de nuestro sector de actividad, debemos gestionar de forma sostenible los recursos hídricos disponibles y tomar medidas para contribuir a este importante ODS.